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2 + 2 = 5. LA VERDAD CONTRA LA JUSTICIA.

Por: Iván Ortega López

 Socio de Laos, Aguilar, Limas & Asociados Abogados

  1. Preámbulo:

Se dice que la profesión más antigua del mundo es la prostitución pero también existen algunas referencias del ejercicio de la  abogacía que datan desde la antigüedad, aunque claro no como  la conocemos hoy en día. Desde sus primeras épocas podemos encontrar como un orador con su retórica puede convencer, contrario a ley, al Juez o al jurado, haciendo a la justicia toda una historia de injusticias. Así tenemos, que en Grecia, ciudad de los grandes oradores y nacimiento de la democracia, la bella Friné fue acusada por salir desnuda por las calles o mares de Grecia (impiedad) y la condena nada menos era la muerte. Los juicios reunían  a la plebe que como jurado popular administraban justicia.  Su defensor  Hipérides al ver que no podía convencer al pueblo reunido y viendo casi perdido su caso, recurrió a un ardid, como último recurso:   Hipérides envolvió a Friné desnuda en una gran manta roja y la presentó de esa manera ante el pueblo y mientras desarrollaba su alegato de defensa final fue desenrollando la manta de Friné, poco a poco, para mostrar la belleza de la acusada hasta dejarla completamente desnuda al final de alegato, diciendo: Podrían acusar y enviar a la muerte a esta belleza absoluta. La sorpresa del jurado naturalmente fue total, completamente absortos contemplando la desnudez de Friné y ella fue absuelta de todo cargo por un jurado  dulcemente asombrado.

Como pueden apreciar, los hechos y la norma eran inobjetables, la sentencia tenía un resultado perfecto pero la astucia de un abogado hizo que la norma se vuelva inútil y obtuvo una justicia imperfecta para la sociedad pero no para su cliente, algo al cual que volveremos más adelante. 

  1. Desarrollo de las profesiones:

Con la venida del renacimiento hubo una revolución artística y  mental del hombre, surgieron libertades en que el ser humano pudo liberar su pensamiento y su intelecto, el cual estuvo encerrado o limitado por el oscurantismo de la edad media. Pero sin dudas, es a partir de la primera Revolución Industrial (Siglo XVIII) donde aparecen una multiplicidad de profesiones, oficios, inventos y capacidades ilimitadas del hombre, como mano de obra así como autor de proyectos de negocios y de vida. Paralelamente, surgieron los primeros códices, como el Código Napoleónico de 1804 y una serie de derechos civiles, laborales, penales, mercantiles sintetizados en códigos así como  declaraciones en incipientes constituciones.

Dentro de las profesiones que surgieron, algunos señalan que las matemáticas y más específicamente las que recurren a  métodos o resultados científicos son las más bellas por cuando transmiten una sensación de verdad objetiva, seguridad y universalidad, es decir, lo creas o no,  son verdades absolutas o axiomas, como la operación matemática 2 +2 = 4.

Sin embargo, en el derecho que conjuga una serie de hechos que deben ser subsumidos en una norma concebida por un legislador, sea cualquiera el tiempo, territorio, personas o ideología, pocas de ellas son justas[1] en su resultado final (sentencia) y así lo entiende la sociedad, hoy más que nunca.

Vamos a trasladar la simpleza la operación matemática a la operación de justicia para apreciar porque en la Justicia existe una paradoja[2] y consecuentemente no puede brindar esa sensación de seguridad a la sociedad y de allí su fracaso como fundamento ontológico para solucionar conflictos entre los individuos, al cual, el hombre, a través del pacto social, renunció a su justicia privada a cambio de una justicia en nombre del pueblo.

Operación Matemática:   2       +      2         =  4

Operación jurídica:             2       +      2         =  5

                                     (Hechos)  + (Norma[3]) =  Sentencia ————-Juez y abogados[4].

La pregunta es: Porque la sentencia, en muchos casos,  es inexacta, ilegal, injusta, errónea, invalida, como quieran denominarla. La respuesta es simple: Los participantes son dos actores: Los  abogados -que se encuentran en un antagonismo total-  y el Juez  como el operador del derecho para aplicar justicia, Juez,  que puede ser confundido, corrompido, sorprendido por los abogados o mal preparado  para emitir  una sentencia justa, eficaz, pronta y ejemplarizada.

Nótese que los hechos fácticos son incuestionables (uno dice la verdad y el otro miente o confunde) pero los propósitos de ambos Abogados en lucha,  es que sus hechos encajen o no en los efectos y/o sanción de la norma.  Hacemos hincapié que la norma jurídica fue ideada, redactada, sustentada, discutida y aprobada por juristas, siguiendo los cambios en la evolución de la sociedad y recogiendo un clamor del pueblo. Siendo así, la norma es justa y perfecta en su momento histórico, espacio y tiempo, sin embargo, el Juez y los abogados rompen ese encanto de la “verdad objetiva de la norma” y la convierten en una falacia del cual es cómplice el Juez, salvo honrosas excepciones. Como el caso de la bella Friné y una lista interminable, los abogados y jueces hacen que la norma jurídica se convierte en inútil o descarrilada en su interpretación o su justicia, a través de la sentencia,  se demore tanto que se convierte en ineficaz y sobretodo en impopular.

Ya, Cicerón, nos enseñaba, la famosa doble estrategia al cual los abogados somos expertos, es decir, ante un mismo caso, el abogado puede alguna vez ser defensor del acusado y en otras de la víctima, pero utilizará un doble discurso, contradictorios entre sí. Veamos:

 Cicerón nos dice, si eres defensor del acusador: ….usa los preceptos de la peroración, que valen para incitar los ánimos, tanto en el resto de la oración, desviándose, un poquito del curso del decir, como más vehemente en el perorar, pues el propósito es volver airado al juez.

Si eres defensor del reo: Han de tomarse los principios para conciliar benevolencia; las narraciones debe, o bien, amputarse las que hieren, o bien, abandonarse si enteras son molestas; las peroraciones han de aprovecharse para la misericordia

Estaba correcto Cicerón? Quizá para los abogados sí, pero para la sociedad no. De allí que la justicia se convierta en una quimera o en términos coloquiales en una utopía.

Otro caso famoso caso, en donde a pesar que todas las opiniones y encuestas lo señalaban como culpable, sucedió todo lo contrario. El proceso contra O.J. Simpson, acusado de asesinar a su esposa, dos amigos y donde acabó arrestado en una persecución policial trasmitida en forma televisiva, encontrándose dentro de su auto sus guantes llenos de sangre. Que hizo el equipo legal de defensa de Simpson? Montaron una estrategia basada en presentar el caso como un montaje racista, es decir, confundieron al Juez y al Jurado llevándolos a un camino no debatible pero sensible. Para ello, lograron constituir un jurado con mayoría de personas de raza negra (8 de 12 miembros), sino que, además, encontraron una grabación vieja en la que Mark Fuhrman, el agente encargado del caso, decía que estaba en contra de los matrimonios interraciales (como el de Simpson y su esposa) y usaba varias veces nigger, la palabra más despectiva para referirse a los afro en Estados Unidos.

Bueno, el final lo saben, Simpson fue absuelto, la sentencia se consideró arbitraria para toda la opinión pública pero el cliente salió satisfecho, es decir, salió burlada la Justicia, por un Juez y un jurado sensacionalista que fue alimentado por abogados retóricos como nuestro gran Cicerón, ardides que pueden ser utilizados en cualquier tipo de proceso, no solo en el penal.

  1. Dura Lex, sed lex (la ley es dura, pero es ley)

 Este clásico principio romano nos explica que la ley es obligatoria aunque sea dura y que debe aplicarse contra todas las personas. El caso más emblemático lo encontramos en una obra teatral de Shakespeare: El famoso caso del cuarto de libra del “Mercader de Venecia”.

En esta famosa obra teatral de William Shakespeare, se nos cuenta como Bassanio, quien malgastó su fortuna,  acude a Antonio  (el mercader) para solicitarle un préstamo de 3,000 ducados, para enamorar a Porcia pero Antonio no los tiene y acude a un usurero Shylock para que le de dinero en favor de Bassanio.  Shylock insiste en que Antonio firme un documento en cual si éste no paga el préstamo en el día y lugar fijados, la penalidad consistirá en  cortar una libra exacta de la carne extraída del cuerpo de Antonio, que podrá ser escogida por Shylock de cualquier parte del cuerpo que le plazca. Lamentablemente, Antonio no cumple con el pago del préstamo y Shylock exige justicia así como la ejecución de la penalidad. Admitida la demanda, la autoridad judicial veneciana sabe que debe impartir justicia pues los hechos y el pacto (penalidad) deben cumplirse, de no hacerlo, la República perderá uno de sus mayores bienes: la seguridad jurídica, pilar básico de cualquier sociedad y Gobierno.

El Dux (gobernante veneciano y juez) al impartir la sentencia le dice a Shylock: Toma tu libra de carne, ni más ni menos. Si tomas más, aunque sea la vigésima parte de un adarme, ó inclinas, por poco que sea, la balanza, perderás la vida y la hacienda. Evidentemente, Shylock al ver la imposibilidad de ser exacto con tomar la libra sin cometer un error, no ejecuta la sentencia.

Nótese aquí, que la sentencia del Juez es tan perfecta e inobjetable como el resultado de la operación matemática (2+2=4) y esto se debe a que el Juez aplicó la ley en forma obligatoria  y no se dejó llevar por las confusiones o retóricas del abogado de Bassanio, aplicó lo que denominamos dura lex, sed lex.

Sin embargo, el Juez tampoco debe ser un extremista y debe, conforme a la evolución de la sociedad,  adecuar el concepto de justicia a la norma jurídica que se volvió abusiva o anacrónica, expidiendo una sentencia con sabiduría. Un caso notable fue la sentencia del Juez Paul Magnaud, Presidente del Tribunal de Chateau-Tierry (1898), quien ante la aplicación de la condena por el delito de robo de pan por parte de Luisa Ménard conforme lo establecía el Código Penal Francés,  sustentó que el Juez puede y debe interpretar humanamente los inflexibles preceptos de la ley, procediendo a absolver a la acusada, en lo que se denominó “hurto famélico”, toda vez que ella pasaba por momentos de gran angustia y desesperación, hecho que desencadenó un cambio notable en la función de un Juez. 

  1. Conclusiones

 Tanto los abogados como los Jueces tienen una gran responsabilidad social. Por un lado, los letrados en derecho deben evitar hacer un daño con sus habilidades de abogados, aún cuando se alegue que si no tomo el caso otro abogado lo hará por mí y es allí donde debes decidir: Rechazar clientes sobre la base de que, aún dentro de sus derechos, estos clientes están haciendo más daño que bien…de hacerlo te vuelves tan responsable como el criminal[5]. Igualmente, debe retomarse la creación de gremios, asociaciones o círculos que busquen reformar procedimientos judiciales y/o administrativos, asumir defensas gratuitas, emitir pronunciamientos sobre una política de estado, denunciar a los corruptos y congraciarse con el pueblo, porque los abogados curan el alma y alivian las angustias de las personas.

 Finalmente, los Jueces, no deben claudicar en buscar la justicia. Es cierto que tenemos un sistema judicial precario con muchas limitaciones logísticas pero el Juez intuye, desde un principio, cuando un acusado es culpable, cuando un deudor no ha pagado, cuando un esposo golpeó a su esposa, cuando un empleador despidió arbitrariamente a su trabajador, y debe, procurar eliminar etapas innecesarias, porque está dotado de funciones directorales en el proceso, rechazar todo escrito dilatorio, limpiar el camino procesal de brumosas confusiones creada por los abogados y sobretodo, emitir una sentencia lo más próximo a la justicia, en forma oportuna.  Si eres un buen abogado litigante decídete a ser Juez o súmate a otros para proponer soluciones pero no critiques cómodamente sentado en tu escritorio.

Tenemos grandes conocimientos y sumados a las de otras profesiones podemos iniciar la construcción de una nueva sociedad, más solidaria, accesible, con oportunidades para todos y quizá con mas justicia.

Yo ya decidí, tú que has decidido.

[1] Es decir una sentencia eficaz, pronta y ejemplarizada

[2] Entendiendo “paradoja” como el dicho o hecho contrario a la lógica o idea extraña a la que se considera verdadero a la opinión general, conforme a la definición de la Real Academia Española

[3] Nos referimos a los artículos de un código sea penal, laboral, civil.

[4] Participes y actores  fundamentales de todo proceso.

[5] Godenzi Alegre Jorge Luis y Franciskovic Ingunza Millitza. Los abogados y el derecho: Su compromiso frente a la corrupción.